martes, 27 de septiembre de 2011

La estamos buscando… ayúdenos a encontrarla

La estamos buscando… ayúdenos a encontrarla
Por: Gustavo Cardoso Subieta[1]

El extravío de la Señora Dora, adulta mayor, ha impactado durante una semana a la comunidad paceña, mostrándonos varias aristas de un tema recurrente, al que hasta ahora no hemos puesto las medidas de acción pertinentes; pero, que da lugar a muchas revelaciones como la solidaridad, las falencias, y, la especulación, esta última muy ligada a la necesidad de la ética en el manejo de la información.

Todo comenzó el pasado viernes 16, en la tarde, cuando esta persona perdió contacto con su familia, y a partir de entonces sus allegados y amigos iniciaron una búsqueda, por los conductos regulares, a través de la Policía boliviana, pero quizá fue más inédita la movilización que significó el colocado de miles de avisos en fotocopia, en prácticamente todos los barrios de la ciudad; en negocios, lugares públicos, edificios, postes de luz, etc.; un esfuerzo único, que indica la necesidad del retorno seguro de nuestros adultos mayores, pero no cómo parte de la seguridad que todos nos merecemos, sino, que deja entrever grados de desinformación sobre las demencias, el Alzheimer en particular, que en su generalidad conlleva a la deambulación y el extravío de los afectados.

Reaviva, además, la propuesta que el año 2009 lanzó en Cochabamba la Asociación Alzheimer Bolivia, sobre la necesidad de unir esfuerzos a través del Programa Retorno Seguro; que no es más que generar acuerdos comunes, principalmente con la Policía, entidades públicas y privadas ligadas a los adultos mayores, los medios de comunicación y la sociedad en su conjunto, en el primer caso porque es la institución donde recurre la familia una vez iniciado el hecho, o donde confluye el adulto mayor extraviado cuando este es encontrado; en el segundo, porque hospitales, centros de salud, u otras en el ámbito legal o de información, seguramente coadyuvarán, llegado el momento a prestar cualquier asistencia; en el tercero porque la prensa, la radio, la televisión u otros medios, alertarán masivamente, y finalmente, a la comunidad, porque estamos llamados a conocer y apoyar a quienes se encuentran ante esta situación de angustia.

En todo caso, quepa hacer notar, que una de las conductas emocionalmente más dolorosas y potencialmente más amenazantes, en el Alzheimer, es justamente la deambulación de los pacientes, y que por su misma condición rara vez piden ayuda, quizá porque olvidaron su identidad o perdieron la habilidad de reconocer caras o lugares familiares, disminuyeron sus capacidades del uso del lenguaje, o están viviendo su pasado; corriendo el riesgo de lesiones por caídas, violencia, inanición o incluso su deceso, una vez extraviados.

El Retorno Seguro, entonces, consiste en la entrega a las familias o cuidadores de los pacientes, de brazaletes o manillas, collares o tarjetas a las familias, que tienen consignados su nombre, dirección, números de teléfonos, tipo sanguíneo, etc., para que cualquiera que encuentre a una persona con estos, sepa su condición y pueda, tomar contacto inmediato con la Policía o con su familia.

Este es, sin duda, un programa comunitario que debiera tener características nacionales, y que si bien no evita que un ser querido deambule, posibilitará, como sucede fuera de Bolivia, índices perfectos para reunir a personas con Alzheimer con sus familias, y quizá, evitará la repetición de hechos como los que contemplamos, en el caso de la Señora Dora, que lamentablemente confluyeron con su deceso, con grados inusitados de violencia, que todos debiéramos condenar.

Así como se debe reprochar el manejo de la información, a través de algunos medios, que no valúan los grados de afectación emocional de las familias, convirtiendo en espectáculo el hecho, en un juego maniqueo y cruel donde “videntes” dan “pistas” a las familias sobre los posibles lugares dónde se encontraría el ser querido; tergiversando el concepto de la solidaridad y menguando el manejo ético de sus responsabilidades.

[1] Es Presidente de la Asociación Alzheimer Bolivia – AAB.
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